Felizmente, puedo concluir que
me siento satisfecho con lo que hemos logrado, mis alumnos y yo, a partir del
proyecto "El Principito". Ellos realizaron
actividades individuales; investigaron,
analizaron, reflexionaron y produjeron textos y dibujos. Conocieron a un
principito rubio y a un escritor con alas. Leyeron y pensaron. Ensayaron. Se
equivocaron. Los corregí. Se volvieron a equivocar. Se corrigieron.
Participaron. Discutieron. Acordaron. Mejoraron. Crecieron…
Lo lograron.
Yo…planifiqué. Pensé. Deseché
ideas. Propuse otras. Me equivoqué. Busqué ayuda. Lo solucioné. Investigué.
Analicé. Reflexioné. Produje. Observé. Corregí. Insistí. Guié. Crecí…
Lo logré. ¡Lo logramos!…
Aprendimos muchas cosas. Nos
pusimos de acuerdo en algunas, y en otras no. Pero hicimos el esfuerzo y
entendimos que a las personas hay que valorarlas por lo que son en verdad, no
por lo que tienen ni por lo que muestra su exterior. Por lo que brindan, por lo
que hacen. Buscamos al principito que habita
en nosotros y nos conocimos. Y nos reconocimos. Y cada uno encontró su rosa,
única e imperfecta; y cada uno valoró a su zorro amigo, único y domesticado. Y
cada uno descubrió, en la soledad de sus reflexiones, que “… no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos”.
EMANUEL
“Me
pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno
pueda encontrar la suya."