22 de marzo de 2013


Texto armado por nuestros alumnos de @sÉpTimoLEe

¿Qué nos podrían decir los militares? ¿Nos podrían decir algo? ¿Qué nos dirían los familiares de los desaparecidos? ¿Podrían hablar sin llorar? ¿Y los desaparecidos? ¿Qué nos dirían?
Los desaparecidos no son seres de carne y hueso así con ese nombre; ellos nunca dejaron de ser personas con nombre y apellido, gente que trabajaba, que vivía; después se los llamó así.  Los desaparecidos son un montón de Juanes, Marías, Patricias, Albertos, Silvias, Joseses, etc. Etc. Etc. Ninguno de ellos jamás se autollamó desaparecido. Nosotros le decimos los desaparecidos, así en grupo; para que no nos duela tanto.

Son 30000.
30000 personas con 30000 historias que no pudieron contarnos.
Silencio, gritos y de vez en cuando el llanto de un recién nacido o un recién llegado al agujero oscuro que fue uno de los muchos lugares donde se encerraron a las ideas en celdas húmedas y polvorientas. En esos lugares vivieron y murieron pensamientos, ideales y metas.  También estaban esas dudas, esas que salían por los ojos en forma de gota, esas que decían ¿qué haré? ¿qué harán mis hijos sin nadie que los mantenga, sin un adulto que los contenga? Por último estaban las esperanzas, esas que solamente eran susurradas por personas que pensaban en sus seres amados para poder seguir resistiendo el  maltrato.

¿Cómo hablar objetivamente? Si acá expresamos sentimientos y decimos lo que pensamos.
Pensar en un hecho revolucionario.
Pensar es un trabajo que cada uno debe hacer todos los días.
Pensar nos distingue como seres humanos.
Pensar significa dudar, analizar, buscar, proyectar, dialogar, reflexionar.
Pensar es considerar al otro…tener presente que cuando uno habla hay otro que escucha.
Pensar es la construcción del futuro.
Pensar significa libertad.
Pensar….pensar es un hecho revolucionario.

No podemos cambiar el pasado, lo que sí podemos hacer es recordar, recordar ese agujero de 30000 personas que podrían haber hecho tantas cosas.
¿Y nosotros?
Y nosotros, los de entonces, los de ahora, no fuimos después los mismos, algo de todos y cada uno se fue con ellos.
Nosotros jamás podremos olvidarlos. Los tenemos a  Enrique Ferreyra tío abuelo de Ariel y a Ubaldo Gonzalez y Raquel Mazer abuelos de Julieta que nos van a recordar por siempre a los otros 29997.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial!!! memorizamos lo que hay que memorizar para no olvidar lo que a otros les convendría que olvidemos.
Bruno